martes, 3 de marzo de 2009

Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación 2005 – 2030

El verdadero progreso es el que pone la tecnología al alcance de todos.

Henry Ford

La Organización de Estados Iberoamericanos OIE (2005) señala que desde hace tres décadas se han venido realizando avances significativos desde el punto de vista conceptual y practico sobre el significado de las ciencias la tecnología y la sociedad los cuales surgieron a raíz de la aparición de nuevas corrientes de investigación en filosofía y sociología de las ciencias llevándolos a determinar a través de estudios sociales que la ciencia, la tecnología y la sociedad constituyen un campo de trabajo en los ámbitos de la investigación académica, la educación y la política pública.

Es de hacer notar que el objetivo que se propone la OIE (2005) es tratar de entender los aspectos sociales del fenómeno científico-tecnológico, tanto en lo que respecta a sus condiciones sociales como en lo que concierne a sus consecuencias sociales y ambientales, estableciendo que el impacto social de la ciencia y la tecnología, se da en tres dimensiones: la percepción pública, la cultura científica y la participación ciudadana

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura en la “Declaración de Budapest” en (1999) planteo que:

El saber científico ha dado lugar a notables innovaciones sumamente beneficiosas para la humanidad. La esperanza de vida ha aumentado de manera considerable y se han descubierto tratamientos para muchas enfermedades. La producción agrícola se ha incrementado enormemente en muchos lugares del mundo para atender las crecientes necesidades de la población. Está al alcance de la humanidad el liberarse de los trabajos penosos gracias al progreso tecnológico y a la explotación de nuevas fuentes de energía, que también han permitido que surgiera una gama compleja y cada vez mayor de productos y procedimientos industriales.

Las tecnologías basadas en estos nuevos métodos de comunicación, tratamiento de la información e informática han suscitado oportunidades, tareas y problemas sin precedentes para el quehacer científico y para la sociedad en general. El avance ininterrumpido de los conocimientos científicos sobre el origen, las funciones y la evolución del universo y de la vida proporciona a la humanidad enfoques conceptuales y pragmáticos que ejercen una influencia profunda en su conducta y sus perspectivas.

La UNESCO (1999) en la “Declaración de Budapest” y bajo el marco de la Conferencia Mundial sobre la Ciencia para el Siglo XXI, establece entre sus principios que “la ciencia debe estar al servicio del desarrollo, constituyendo un instrumento social que permite al ciudadano participar activamente en la transformación de su habita y en el incremento vertiginoso de los niveles de calidad de vida”.

El ciudadano como agente de cambio es el propulsor del destino de su comunidad, hacia él debe extenderse los recursos científicos y tecnológicos para poder alcanzar una vida digna y una comunidad desarrollada. Bajo un contexto más local se destaca que América Latina y el Caribe se enfrentan ante la imperiosa necesidad de avanzar en su proceso de desarrollo económico y social sustentable. En ese proceso la ciencia, la tecnología y la innovación deben contribuir a, elevar la calidad de vida del ciudadano; acrecentar el nivel educativo y cultural de la población; propiciar un genuino cuidado del medio ambiente y de los recursos naturales; crear más oportunidades para el empleo y la calificación de los recursos humanos; aumentar la competitividad de la economía, y disminuir los desequilibrios regionales

Roche, citado por Campo (2000) manifiesta que en términos generales, puede decirse que “en todo el periodo que va desde la colonia hasta mediados del siglo XX, el movimiento científico institucionalizado estuvo prácticamente ausente en Venezuela”, exceptuado algunos personajes y sus obras, contenidas a un reducido espacio y aún más reducido impacto social, como José María Vargas, entre otros, los cuales se destacaron en actividades sistemáticas, organizadas, financiadas, visible y con reconocimiento público, en la producción de conocimiento.

La investigación en el área de la medicina fue la que aun cuando incipiente y adoleciendo en cierta medida de esas debilidades, logró sobresalir y mantenerse. Es alrededor de la década de los años 50, cuando puede ser identificado el comienzo de la institucionalización de la ciencia en Venezuela dando origen a la creación de organizaciones científicas y al planteamiento de políticas inaugurales de fomento a la ciencia. Las políticas de Ciencia y Tecnología desarrolladas por el Estado venezolano han estado tácitamente orientadas a superar el modelo tradicional de producción del conocimiento.

En 1999 con la llegada al gobierno de Hugo Chávez Frías, se crea el Ministerio de Ciencia y Tecnología (MCT) pasando a ser el CONICIT, ahora FONACIT (Fondo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación) una de las instituciones adscritas a este despacho así como otras organizaciones como el IVIC, CIEPE, FII, CIDA, FUNVISES, Instituto de Estudios Avanzados (IDEA) y el Fondo Nacional de Investigaciones Agropecuarias (FONAIAP), ahora Centro de Investigaciones Agrícolas (CIA).

El Ministerio dio importancia a la búsqueda de recursos financieros como la promulgación de varios instrumentos jurídicos, entre los que se destacan la Ley de Ciencia, Tecnología e Innovación (2000), lo cual permitía honrar al artículo 110 de la Constitución sancionada en el 1999, en la cual se establecía que el Estado reconocería “el interés público de la ciencia, la tecnología, el conocimiento, la innovación y los servicios de información necesarios”, considerándolos como instrumentos fundamentales para el desarrollo económico del país, "así como para asegurar la seguridad y defensa nacional". De igual manera, indicaba que el Estado destinaría los fondos necesarios y crearía “el sistema nacional de ciencia y tecnología de acuerdo a una ley".

Bajo este marco jurídico se erige el Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación. El cual desde su reconocimiento expresa:” El Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, fue concebido como proceso de participación efectiva de los ciudadanos y ciudadanas en la formulación de políticas públicas...”

El desafío vital para el Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación de Venezuela 2005-2030 lo constituyó el diseño de estrategias metodológicas ajustadas a la complejidad política, que significa generar procesos amplios de consulta pública. Entre otras, es importante destacar, que gran parte de tales estrategias inspiradas en perspectivas cualitativas, representan enfoques no convencionales para la formulación de planes nacionales, destacándose en su contenido el carácter social que lo identifica con la inclusión social y la transformación de la sociedad.

El Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, se sustenta en el marco legal que establece la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en su artículo 110 y en la LOCTI en sus artículos 11 al 19, de acuerdo a esa orientación, para ese entonces los encargados de elaborar el plan recogieron gran cantidad de opiniones a diferentes actores pertenecientes al Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SNCTI), acerca de cómo la Ciencia, la Tecnología y la Innovación contribuyen con el desarrollo del país. Para ello, se definió un marco de acción a 25 años, con la idea de recuperar la capacidad de soñar un mundo mejor y posible, a partir de una ciencia, tecnología e innovación con y para la gente.

Como finalidad el plan reseña,

Construir una cultura cintífico-técnológica que oriente las potencialidades y capacidades nacionales hacia la transformación de la sociedad venezolana a partir de la configuración de valores y modelos de acción que promuevan una ciencia, tecnología e innovación pertinente, integral, de producción colectiva, comprometida con la inclusión y la vida en el planeta.

Una cultura tecnológica que da sus primeros pasos y avanza notablemente con la puesta en marcha del plan de alfabetización tecnológica implementado como política de estado a través de la misión ciencia con el propósito de insertar a las personas y darles la oportunidad de poder acceder a través de estas tecnologías a todos los programas de participación y desarrollo que viene impulsando el gobierno.

Como misión establece,

El Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación contribuirá con hacer posible un desarrollo endógeno, sustentable y humano a través del incentivo y desarrollo de procesos de investigación, producción y transferencia de conocimiento de calidad y pertinente a los problemas y demandas fundamentales que afectan actualmente a la sociedad venezolana y los que potencialmente, pudieran impactar las áreas económicas, sociales y culturales donde la ciencia, tecnología e innovación desempeñan un rol fundamental”.

El Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación en sus enunciados principales plantea:

• Ampliar y profundizar la democracia económica que enfatice la cultura del trabajo y la producción diversificada de la economía del país, para superar progresivamente la dependencia de la renta petrolera.

• Sentar las bases de una economía social que permita la superación de los intereses económicos individuales que afectan la participación autogestionaria de todos los venezolanos, a través del apoyo sostenido de un sistema de microfinanzas y de asistencia técnica a las comunidades organizadas.

• Alcanzar la justicia social y profundizar la democracia social, fortaleciendo el sentido de lo público.

Ello implica anteponer el interés colectivo por sobre los intereses individuales, a través del ejercicio del principio de corresponsabilidad entre el Estado y la sociedad como legítimo y efectivo poder ciudadano de participación y protagonismo. En ese objetivo se enfatiza la incorporación de nuevos actores para la formulación, evaluación y rendición de cuentas de las políticas públicas.

En concordancia con los objetivos planteados por el Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación 2005 – 2030 y su inherencia en el ámbito educativo debemos reflexionar en cuanto que la sociedad, es un sistema de comunicación, que funciona como un todo y como tal todos sus elementos o subsistemas están interrelacionados, la educación como parte de este sistema se ve influenciada por múltiples variables que la afectan y la estructuran de una manera particular. Cada sociedad ha organizado su educación dependiendo de su filosofía social, su cultura, su sistema político, las características de su población y sus modos de producción

En las condiciones actuales del desarrollo social (globalización, incorporación creciente de conocimiento científico y tecnológico, desigualdad en la distribución del ingreso, exclusión social, nuevos actores sociales y nueva conflictividad social, multiculturalismo,) se hace cada vez menos posible el advenimiento de la distanciación del mundo social. La subjetividad tiende a no coincidir con la objetividad y esto va de la mano con el aumento de la incertidumbre a nivel individual, subjetivo y social (Giori, 1971) citado por (Martínez M, 1996). Éste es el contexto en el que se desenvuelve la institución educativa actual y se le plantean nuevos desafíos para cumplir con su papel de integradora a la vez que generadora de innovaciones y como sistema de oportunidades y recursos humanos. Papel que pretende hacer el Ministerio del Poder Popular para la Ciencia y la Tecnología a través de FONACIT y el Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación 2005-2030


Referencias Bibliográficas

CAMPO A, YESID H. (2000) Regionalización y Coordinación de Esfuerzos interministeriales en Ciencia y Tecnología. [En línea]. Disponible en: http://books.google.co.ve/books?id=dAZN0VMrHxEC&pg=PA252&dq=ciencia+y+tecnologia+marcel+roche&lr=#PPA4,M1

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, 2006

FONACIT (2005): Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, Construyendo un futuro sustentable Venezuela 2005-2030

Martínez, M. (2007). El Paradigma emergente: hacia una nueva teoría de la racionalidad científica. Trillas. 2ª. ed (original 1997). México.

MCT (2005) Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación 2005-2030. Ministerio de Ciencia y Tecnología. Caracas, Venezuela. www.mct.gob.ve

Ley Orgánica de Ciencia, Tecnología e Innovación: Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, 2003

OEI (2005): Indicadores iberoamericanos de percepción pública, cultura científica y participación ciudadana. Revista Iberoamericana de Ciencia, Tecnología y Sociedad, Volumen 2. Número 4. Enero 2005.

UNESCO (1999): Conferencia Mundial sobre la Ciencia para el Siglo XXI: Un nuevo Compromiso. Declaración de Budapest. Budapest (Hungría) del 26 de junio al 1º de julio de 1999

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